No sabemos si lo que inició como un proyecto cinematográfico llegará finalmente a convertirse en película. Por el momento Kate del Castillo ha preferido cubrir con un manto de silencio los detalles de su relación profesional y personal con El Chapo, ante la investigación de que está siendo objeto por parte de las autoridades mexicanas y estadounidenses. Pero hay suficientes elementos surrealistas para armar una novela, o mejor dicho, una narconovela.
La verdadera historia de El Chapo Guzmán y la expansión mundial del Cártel de Sinaloa es de película. Y Kate del Castillo lo sabe. Su instinto, su olfato, la llevaron al triángulo dorado (región entre Chihuahua, Sinaloa y Durango que fue el centro de operación del capo). ¿Quién puede rechazar la oportunidad de llevar a la gran pantalla semejante gesta?
Sin embargo, su atrevimiento y arrojo le han ocasionado también críticas. La Presidencia de la República señaló la falta de colaboración con las autoridades: “Nosotros lamentamos que un ciudadano mexicano, cualquiera, teniendo información que permita la detención de un criminal como este u otro, no la comparta”.
La tercera captura de El Chapo fue anunciada con bombo y platillo por el gobierno de Enrique Peña Nieto el pasado 8 de enero, pero la celebración duró apenas unas horas porque a continuación la revista Rolling Stone, publicó una entrevista con el capo del Cártel de Sinaloa realizada por el actor Sean Penn y producida por Kate del Castillo, que evidenciaban los errores de seguridad del Estado y ridiculizaban su servicio de inteligencia. La entrevista dio la vuelta al mundo.
La amistad entre Kate del Castillo y Sean Penn viene desde hace años, incluso ella se declaró públicamente “fan” del actor norteamericano. El actor finalmente rompió su silencio, con Charlie Rose, de CBS News en su programa 60 Minutes y negó que su entrevista haya servido para la recaptura de El Chapo: “No somos más inteligentes que la DEA o la inteligencia mexicana. Teníamos un contacto por el cual logramos facilitar una invitación” afirmó el actor.
Entonces el estado filtró supuestas conversaciones vía BlackBerry entre El Chapo y la actriz; y entre ella y el abogado del capo, Andrés Granado Flores. Filtraciones que según Sergio Méndez Silva, fundador y presidente del colectivo Justicia Pro Persona, dedicado a la defensa de los derechos humanos, es ilegal y se inscribe dentro de la “violencia institucional” hacía la actriz.
La Procuraduría General de la República (PGR) abrió una investigación contra Kate, por supuesto lavado del Cártel de Sinaloa a través de su empresa de tequila Honor, señalando que tenía “indicios”, pero sin exhibir pruebas.
Por el contrario, Carlos Daza Gómez, catedrático del derecho penal de la Facultad de Derecho de la UNAM y presidente del Colegio de Profesores, considera que Kate del Castillo debe ser investigada por “encubrimiento” por el carácter “furtivo” del encuentro: “No pueden argumentar libertad de expresión. Lo que tiene que analizar la Procuraduría es si hubo flujo de capital”, comentó.
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