Con el reto de crear una auténtica novela épica mexicana y competir contra la literatura fantástica que promueven desde Europa, Ramón Valdés retoma la mitología del pueblo maya, para crear con “Flor Negra” una historia de terror y aventura, donde aluches, chaneques y demonios acompañan el camino de su protagonista, una joven que en el intento por recuperar su memoria se convertirá en una temible hechicera.
«Tenemos una riqueza cultural amplísima, toda esta diversidad que tenemos en México es capaz de construir una identidad nacional capaz de trascender fronteras, nuestra cultura es exportable», afirmó el joven escritor luego de su participación en la Feria Universitaria del Libro, FUL 2015, organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y su Patronato.
Ante decenas de jóvenes emocionados por su novela, Ramón Valdés explicó que además de la intención de presumir la riqueza cultural mexicana dentro y fuera del país, su novela persigue la difícil misión de reenganchar a los jóvenes con la literatura, como lo hizo Harry Potter en su momento.
«Es una novela épica que no tiene nada que pedirle a las novelas creadas por los norteamericanos o los europeos. Es una obra irreverente porque rompe lo que ellos hacen, pero es una irreverencia muy nuestra. No quisimos caer en clichés, en lo ya hecho. No hay triángulos amorosos, no está el villano clásico, la historia no es lineal, y hay muchos anacronismos», explica el autor de “Flor Negra”, primer libro de la trilogía que integra esta saga.
La aventura trata de una aprendiz de hechicera que es rescatada por un anciano, un hechicero muy poderoso que le irá enseñando a Flor Negra (Boox Nikté), todo el mundo fantástico, mágico y obscuro de las tradiciones mayas.
Así, aluxes, akaxes, balames, sacerdotes, ángeles y demás habitantes del Xibalbá, inframundo maya, acompañan la primera parte de la aventura de Nikté, quien junto con el lector hará un viaje de descubrimiento no sólo del mundo maya, sino también de los miedos personales.
«El trasfondo de la literatura fantástica siempre tiene la intención de divertir y enseñar algo. Además de los seres fantásticos, de las tradiciones, aquí hay un viaje al interior para enfrentar los miedos y precisamente el viaje al inframundo es eso, enfrentar nuestros miedos para lograr algo. La protagonista empieza siendo una chica muy inocente y termina siendo la hechicera más poderosa del Mayab», comparte Ramón respecto al resultado de los cinco años de investigación que dio por origen a esta saga.
«Es una aventura llena de magia con fuertes toques de terror porque los seres que estamos tocando aquí son terroríficos. Tenemos una protagonista entrañable que irá evolucionando y además un viaje hacia los miedos», invita Ramón Valdés y anticipa que en un siguiente esfuerzo podría empezar a trabajar con mitología de otras regiones de México, puesto que la riqueza cultural es mucha y la mitología mexicana abundante y milenaria.
Finalmente, celebró la gran recepción que los jóvenes han dado a su obra, donde encuentran algo original y divertido, capaz de liberar a lo prehispánico del aburrimiento, «el problema con lo prehispánico es que lo hacen difícil, casi somnífero, los nombres son complicados pero si el libro es divertido, lleno de aventuras y fantasía, logra capturar la atención de los lectores que buscan algo original», expresó, no sin antes aclarar que ello no resta rigor a la investigación que le tomo más de cinco años, concluir.