Las conexiones interpersonales en red, la recomendación. La viralidad de la prescripción. Los contenidos compartidos. Bulos y Rumores. Todos estos elementos tejidos en una red de digital que tiene a Twitter como espina dorsal, han cambiado definitivamente el paradigma de la comunicación. El Triángulo del fuego de la comunicación de crisis ha mutado a tetraedro donde el elemento más complicado de controlar son los millones de conversaciones que se producen en la red y la influencia de los nodos que hablan desde el interior y el exterior de las organizaciones.
El análisis de datos, el bigdata, la inteligencia artificial, van a ser determinantes en los próximos años para poder enfrentarse al gran reto que supone conservar y mejorar la reputación de marcas, organizaciones y personas. Si ya era arriesgado conducirse sin un cinturón de seguridad analógico ahora es casi suicida hacerlo sin un airbag digital que, al menos, nos brinde la posibilidad de no naufragar en las procelosas aguas de internet. Un mar al que acuden a pescar los medios de comunicación para surtir su diaria lonja informativa.